¿Cómo es comer en un restaurante de categoría mundial, con tres estrellas michelín y considerado uno de los mejores del mundo?, ¿realmente vale lo que cuesta? Te cuento todos los detalles de nuestra experiencia comiendo en El Celler de Can Roca.
No quería dejar pasar la oportunidad de contarles con lujo de detalles lo que fue comer en uno de los mejores restaurantes del mundo, una experiencia que vale la pena probar al menos una vez en la vida si el mundo de la gastronomía te vuelve loco.
Antes de empezar quiero confesar contarles que hace 10 años no entendía cómo habían personas que estuvieran dispuestas a pagar cantidades importantes de dinero para ir a comer a restaurantes de lujo o de este estilo, no lo entendía porque no sabía realmente de qué se trataba todo esto.
Mi perspectiva fue cambiando a medida que comencé a comer en cada vez más restaurantes probando nuevos platos y sabores, cuando comencé a viajar, a cocinar y finalmente a trabajar en el mundo de la gastronomía. Pero no fue hasta ver la serie de Netflix Chefs Table (un imperdible) cuando realmente entendí que había detrás de los mejores restaurantes del mundo.
En este tipo de restaurantes no solo vas a comer, si no que vas a vivir una verdadera experiencia culinaria para disfrutar con todos los sentidos.
El Celler es un restaurante free style, de cocina en libertad, comprometida con la vanguardia creativa, sin renunciar a la memoria de las generaciones de antepasados de la familia dedicadas a dar de comer a la gente. (cellercanroca.com)
A continuación les contaré todos los detalles de lo que fue mi experiencia en este súper restaurante. Si al final se quedan con alguna duda, pueden dejarla en los comentarios, ¡saben que me encanta leerlos!
Reserva y un poco de suerte
Es importante mencionar que las reservas se hacen con 11 meses de anticipación y se abre un nuevo periodo de reservas a las cero horas el primer día de cada mes a través de la página web de Can Roca.
Mi amiga Andrea de El Paladar Curioso había hecho la reserva hace casi 1 año, pero hace algunos meses atrás me comentó que tenía 2 cupos disponibles en su mesa y si nos interesaría acompañarla. No lo pensamos dos veces y dijimos que sí.
Cómo llegar
El restaurante está ubicado en Girona, una ciudad que se encuentra a aproximadamente 1 hora y media de Barcelona.
Nosotros tomamos el tren en Barcelona y llegamos al centro de Girona (22,5€ ida y vuelta). Es una alternativa muy cómoda, sobre todo si todos los comensales quieren disfrutar y tomar sin preocupaciones.
Desde la estación de Girona puedes tomar un taxi o bus (10 minutos) o ir caminando al lugar (25 minutos). Nosotros tomamos la primera opción de ida y la segunda a la vuelta (para hacer un poco de digestión jeje).
El ambiente, la cocina y la decoración
Nuestra reserva era a las 12.30 del día y llegamos muy puntuales (para no creerlo). Al entrar había un grupo de personas en una linda terraza tomando un aperitivo, entramos y el anfitrión nos preguntó si queríamos hacer un pequeño tour por el lugar, por supuesto dijimos que sí.
Entramos directamente a la cocina, un lugar amplio dividido en diferentes secciones, donde trabajan aprox. 30 cocineros por turno (mediodía y noche). Nunca había visto una cocina tan limpia, eso fue lo primero que me sorprendió, y lo segundo, la amabilidad de todos, que te saludaban y sonreían mientras ibas por los pasillos. Ya se podían vislumbrar algunos platos que probaríamos ese día, lo que nos generó mucha curiosidad y sorpresa.
La pasión por la cocina que sienten los hermanos Roca empezó a forjarse en Can Roca, el establecimiento que sus padres regentan en Taialà, un barrio en las afueras de Girona. Allí crecieron, en medio del bullicio de platos, ollas y clientes. El bar era su salón, el paisaje donde jugaban, hacían los deberes escolares, miraban la televisión,… al tiempo que, desde la cocina, surgían aromas de los guisos que su madre preparaba de forma generosa, sencilla y honesta. (cellercanroca.com)
Luego pasamos al salón principal donde nos indicaron nuestra mesa. El lugar cuenta con dos alas donde al centro se encuentra un lindo patio interior. Las ventanas son amplias y dan mucha luz y la decoración es bastante cálida y minimalista (que recuerda al estilo nórdico), no es nada ostentosa pero es muy elegante.
A pesar de ser un restaurante de ésta índole, el ambiente es bastante relajado, y la gente en su mayoría iba vestida semiformal o “business casual”, lo que me gustó mucho ya que nos sentimos muy cómodos.
¿Que hay en el menú y qué puedo esperar de éste?
Después de sentarnos en la mesa nos trajeron el menú y nos explicaron que habían dos alternativas entre las que podíamos elegir, el Menú degustación de clásicos y el Menú Festival, el primero de 7 platos (a 190€) y el segundo de 15 (a 225€), nos fuimos por el segundo.
Lo que no aparece en el menú son los aperitivos, que son parte de ambos menús. Son siete platos diferentes, y son una verdadera sorpresa para todos los sentidos (no quiero contar más detalles para no ser spoiler).
No voy a entrar en detalles de los platos que comimos, ya que o sino este post se haría eterno, además no quiero arruinarles la sorpresa si piensan ir a probarlo 😉
Solo comentar que fue una verdadera experiencia para el paladar y quedamos realmente satisfechos en todos los sentidos; calidad, originalidad, sabor y cantidad. Estuvimos más de 4 horas sentados a la mesa disfrutando de este festival de platos y sabores y volvería a repetirlo si tuviera la oportunidad de hacerlo.
El mundo dulce, el mundo líquido, el mundo salado; Jordi, Josep, Joan. La cocina, la sala, la bodega; el arte, la técnica, el diálogo. Luz, espacio, personas; objeto, mirada, instante.
En El Celler, todo es un juego a tres bandas. (cellercanroca.com)
¿Maridaje o carta de vinos?
Depende, todo depende..
Fue tema de debate y lo pensamos durante varios días antes de ir al lugar, ¿hacemos el menú con maridaje o pedimos vinos a la carta?
La idea de hacer todo el menú con maridaje era muy tentadora, pero -hay que decirlo- también bastante más cara que la de pedir vinos a la carta, por lo que decidimos optar por el menú de platos más largos y pedir algunos vinos de la carta.
Dimos solo un vistazo de la extensa carta de vinos para ver los precios y llamamos al sommelier a cargo para que nos recomendara un par de vinos para acompañar la cena (le comentamos también el presupuesto que teníamos para ésto).
El sommelier acertó perfectamente al recomendar un vino Reisling-trocken de Weingut Grans-Fassian Mineralschiefer del año 2013 para la primera parte y un Penedés de Enric Soler Istiu del 2017 para la segunda parte, ambos deliciosos.
Si te decides por el maridaje, el precio del maridaje para el primer menú (clásicos) es de 75€ y 110€ para el segundo (festival).
La importancia de los detalles..
Más allá de los deliciosos platos que probamos, lo que más me llamó la atención fueron los detalles.
Detalles como la cava de bienvenida, el surtido de panes para acompañar la cena, el carrito de bombones y dulces (Petit-fours) para cerrarla, la amabilidad del personal y la impresionante coordinación de las personas que atienden tu mesa son cosas que marcan la diferencia y sin duda hacen que la experiencia sea mucho más grata y completa.
Cada persona que trabaja en el Celler de Can Roca tiene un rol particular que cumple a la perfección. Verlos moverse de un lado a otro con tanta agilidad y coordinación es realmente impresionante.
También me llamó especialmente la atención encontrarnos con los tres hermanos Roca en el restaurante, más allá de la sorpresa creo que todo funciona tan bien en el lugar porque ellos están ahí cada día.
El servicio
Además de tener mucho nivel y siempre estar atentos a tus necesidades, el servicio es uno de los puntos más fuertes de este lugar.
Todos los que trabajan ahí son muy amables y no dudan en hacerte sentir lo más cómodo posible durante las horas que estás ahí.
Si tienes alguna alergia o algún ingrediente no te gusta debes decirlo antes de comenzar, aunque nos pasó que por ejemplo Esteban dejó un plato de gambas (ya que no le gustan) y ofrecieron cambiarlo sin problema dándole un par de alternativas a cambio sin siquiera pedirlo.
Además siempre están dispuestos a resolver tus dudas, a dar más detalles de los platos que estas probando y siempre todo con una sonrisa y calidez para hacerte sentir cómodo.
¿Vale lo que cuesta?
La pregunta del millón, y la que muchos me hicieron cuando publiqué mi experiencia en mi cuenta de instagram. Y la respuesta para mi es SI, LO VALE si sabes a lo que vas.
Si entendemos que detrás de lo que estamos comiendo (y viviendo) en estos restaurantes hay un gran equipo de personas que trabajan y dedican su vida a crear platos únicos para sorprender al comensal y que además de comer, también vas a disfrutar de una experiencia única que te invita probar cosas nuevas usando todos tus sentidos, entonces es muy probable que entiendas porque cuesta lo que cuesta.
Termino esta reseña con un video de reconocimiento que le hicieron a Joan Roca para The World´s 50 best que resume la filosofía y lo que hay detrás del Celler de Can Roca.