Malasia fue sin duda uno de los lugares más inesperados de nuestro viaje por el Sudeste Asiático. Inesperado en todos los sentidos, nunca pensamos encontrar unas islas paradisíacas – llamadas Perhentian – que no tienen nada que envidiarle a las de Tailandia, recorrer los inmensos campos de té de las Cameron Highlands y descubrir sabores y rincones inolvidables en las ciudades de Penang, Kuala Lumpur y Melaka.
Facebook se ha encargado de recordarme estos días que hace exactamente 1 año estábamos recorriendo Malasia… ¡1 año ya! Increíble cómo pasa el tiempo.
Cada vez que pienso en Malasia lo primero que recuerdo (y añoro) son los deliciosos sabores que probamos ahí (Naan, Roti, Te tahrik, Laksa ¡como los extraño!). Y todavía no puedo entender por qué nunca nadie me habló (antes de irme de viaje) de lo bien que se comía en ese país. Puede ser porque muchos viajeros que visitan la zona se concentran especialmente en visitar Tailandia, Vietnam y Cambodia, y no son muchos los que se dedican a recorrer Malasia. O tal vez es porque al ser una fusión de sabores es medio difícil darse cuenta de que es lo que realmente se come ahí o simplemente sus países vecinos se robaron el protagonismo en cuanto a los sabores… Sea como sea nosotros nos dimos el lujo de recorrer el país durante casi tres semanas en busca de su verdadero sabor.
Tanto fue nuestro amor por la comida que al momento de emprender la vuelta elegimos regresar a Kuala Lumpur (KL) solo para disfrutar un par de días más de su increíble comida.
En este post les quiero contar un poco sobre el recorrido que hicimos y sobre los sabores que fuimos descubriendo en nuestro camino. Aprovecho de decirles a aquellos que están pensando en ir al Sudeste Asiático que dediquen varios días (o semanas si es posible) para recorrer Malasia, ya que Malasia es muchísimo más que sólo una parada técnica para ver las Petronas en KL.
Todo comenzó en la capital gastronómica de Malasia: Penang
Nuestro recorrido fue de norte a sur y comenzó en Georgetown (Ciudad ubicada en el estado de Penang, Malasia). Llegamos al lugar después de un largo día de viaje que incluyó autos, ferrys, mini-van y el paso por la frontera de Tailandia-Malasia.
Como no había escuchado mucho sobre la comida de Malasia me puse a averiguar y en esto descubrí que habíamos llegado -para mi sorpresa- directamente a la capital gastronómica de Malasia. Este país tiene una fuerte influencia China y de la India -etnias que representan el 24% y 7% respectivamente de su población total- que se deja en evidencia en el legado gastronómico-cultural del país, donde los sabores de la India y China se fusionan con los de la zona para crear los más variados y delicioso platos.
Con esta información en mente nos fuimos a recorrer las calles de Penang. Durante esos días nuestro principal descubrimiento fueron los sabores fusión de la comida malaya con la India. Nunca he estado en India pero quienes han ido me han contado que a pesar de que la comida es muy sabrosa, la higiene de los lugares juega en contra a la hora de poder disfrutarlos. En Malasia por el contrario, los lugares (restaurantes y puestos de comida callejera) son bastante limpios y nunca vimos nada extraño que nos hiciera cambiar de idea a la hora de comer. Fue así como descubrimos el Naan (pan típico de la India), los amados Roti (una especie de panqueque que tiene muchas variedades dulces y saladas), Pollo Tandoori (pollo asado muy condimentado) y Murtabak (una masa tipo panqueque muy contundente rellena de carne picada, cebolla y ajo) entre muchos otros deliciosos platos y salsas de la India.
Roti canai, roti tisu, roti telur, roti bawang, roti qué…?
Para tomar (y pasar el picante de algunos platos) es muy común -y delicioso- acompañar la comida de un Teh tarik (que es básicamente un té con leche condensada). Lo preparan vertiendo el contenido de un recipiente a otro como si fuera un cocktail para que quede con una rica y contundente espuma. Se puede tomar frío (con hielo) o caliente.
Podría hacer un post completo solo de los platos acabo de nombrar, jeje, pero para no aburrirlos sólo les diré que esos sabores indio-malayos fueron una completa revelación para nosotros.
Además de disfrutar de los deliciosos sabores de la comida callejera Penang se caracteriza por contar con una gran exposición a cielo abierto de arte callejero uno de los motivos por los cuales Georgetown fue nombrado patrimonio de la humanidad el año 2008. Fue realmente entretenido recorrer -y perderse- en la ciudad en busca de las más variadas e impresionantes obras de arte callejeras.
Desde las verdes montañas hacia unas islas paradisíacas
Nuestro recorrido continuó rumbo a las montañas de Malasia donde tuvimos que sacar los abrigos por primera vez en nuestro viaje por la zona.
La inmensidad y el intenso color verde de los campos de té en Cameron Highlands nos atrapó, y fue sin duda uno de los paisajes más impresionantes que vimos durante el viaje. Pudimos disfrutar de un rico té de la zona con esa hermosa vista.
Cambiamos el paisaje verde y el frío por un intenso mar de color azul y calorcito. Llegamos a las islas Perhentian sin saber mucho qué esperar de estas islas en la costa este de Malasia. El clima nos tocó espectacular y pudimos disfrutar de los que fueron nuestros primeros días de playa luego de varios meses en la ruta.
Nos alojamos en Ewan’s Place, unas cabañas muy básicas pero bastante bien de precio y comodidad en medio de la isla Perhentian Kecil. El propietario también era dueño de Ewan’s Café, uno de los restaurantes más ricos de la isla, por lo que pudimos disfrutar de riquísimos y populares platos como el Nasi y Mee Goreng (arroz y noodles fritos) y unas deliciosas parrilladas de pescado que se ofrecían de noche. Otro imperdible de la costa eran los riquísimos jugos de fruta y los Lassi (jugo de frutas con yogurt) para refrescarse a la orilla de la playa.
Rincones sabrosos en medio de la ciudad
Llegamos a la capital de Malasia sin muchas expectativas (muchos nos habían comentado que no era la gran cosa más allá de las Torres Petronas). Estaban equivocados, la ciudad nos cautivo con su mezcla de cultura, tradición y arquitectura contemporánea (una de las ciudades más modernas que vimos en el Sudeste Asiático después de Singapur).
Un lugar que nos encantó fue la popular calle Jalon Alor donde es posible encontrar TODO tipo de auténtica comida Malaya (y algunos sabores de sus países vecinos). Fuimos varias veces, ya que es interesante ver como los locales y los turistas conviven en un mismo ambiente. Hay puestos de frutas (donde los locales se sientan a comer el popular duran), carritos con pinchos de todo tipo (llamados lok lok) y restaurantes informales que ofrecen una variedad inmensa de platos.
Imposible no tentarse con alguno de los platos de Nasi y Mee (arroz o noodles) en sus más variadas versiones. Los más populares son los ya nombrados Nasi y Mee Goreng, el Nasi Lemak (arroz cocinado en leche de coco acompañado por anchoas y verduras) y el Hokkien Mee (noodles con gambas) entre otros. Debo confesar que hay algunos platos bastante populares como los famosos Fish head curry (cabeza de pescado) y las ostras fritas que no me animé a probar durante el viaje. Tal vez acompañado de un local sería más fácil animarse.
El recorrido terminó en Melaka. Una pequeña ciudad costera ubicada al sur de Malasia conocida por su gran influencia china que se hace notar en su cultura, arquitectura y gastronomía.
En Melaka probé una de las mejores sopas de mi viaje: Laksa, una contundente y condimentada sopa de fideos (con langostinos, pollo o verduras), esta deliciosa sopa puedes disfrutarla en varios lugares de Malasia, y entre Penang y Melaka se pelean por quien tiene la mejor versión. En Melaka la cocinan con leche de coco y en otros lugares como Penang la hacen con salsa de pescado y tamarindo. Este plato nace de la fusión de la comida china y la malaya, al igual que los clásicos Mee y Nasi Goreng.
En el mismo restaurate donde probé el Laksa (llamado Poh Piah Lwee) también probamos unos curiosos panqueques llamados pho phia y unas masitas moradas (si moradas!!) rellenas de carne que estaban muy buenas, lamentablemente no recuerdo su nombre. Este auténtico lugar solo tenía esos tres platos, y la verdad, no necesitaba más.
Malasia nos sorprendió desde principio a fin con su multiculturalidad, gastronomía y paisaje. Un país que vale la pena explorar con la mente abierta para así poder descubrir sus rincones y sabores más auténticos. Volveremos algún día por más.
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