Un fin de semana largo en Pichilemu

El fin de semana recién pasado cargamos el auto con bolsos, tablas de surf y bicicletas, y partimos con amigos camino a Pichilemu, la capital del surf.
 
Hace algunos meses ya habíamos ido a pasear y comer rico por el día, donde descubrimos Pepi, un increíble restaurante en Punta de Lobos (a solo 6 km de Pichilemu). Y esta vez seguimos descubriendo las maravillas que ofrece esta zona.

Llegamos el viernes a las 13.30 horas con mucha (pero mucha) hambre, y mis amigos recomendaron ir a El Quincho del Ross, una picada que se caracteriza por ofrecer sabrosas empanadas, pan amasado, tortillas, dulces y pasteles preparados en hornos de barro.

El lugar se encuentra ubicado en Evaristo Merino 35, en la zona típica de Pichilemu, y logra seducir desde el primer momento gracias a sus 4 hornos de barro, los principales protagonistas del lugar. Mesas y sillas rústicas de madera rodean los hornos, desde donde es posible ver como van saliendo las crujientes y doradas empanadas.
 

 


Hay empanadas para todos los gustos: donde están las clásicas pino vacuno y pino marisco, y además está la opción de armar la empanada (en base a queso) con los ingredientes que más te gusten (camarón, ostión, machas, jaiba, palmitos, fondos de alcachofa, salame, pollo, choclo, tomate, champiñón, carne, jamón, cebolla y aceituna), siendo 3 la máxima cantidad de ingredientes sugerida en este caso. Todas las empanadas valen $1400. 
Conviene preguntar por los ingredientes que hay antes de pensar en que pedir, ya que no siempre están todos disponibles. 

Fuimos en dos ocasiones y mi combinación favorita fue la de queso, ostión y champiñón. Quede con ganas de probar una con machas, pero lamentablemente no tenían.

 
 

Me lleve una grata sorpresa al probar las empanadas, una excelente combinación entre masa suave, crujiente y calidad de ingredientes. 

Ojo con el tiempo de espera, si hay mucha gente pueden demorar hasta más de 30 minutos en que llegue el pedido a la mesa.

 
Ya con la guatita llena (y el corazón contento) llegamos al Hostal Casa Verde, un increíble Hostal ubicado en Camino Vecinal 295, a mitad de camino entre el centro de Pichilemu y Punta de lobos.

Ambiente cálido, espacios comunes amplios y sustentables, limpias habitaciones y una espectacular vista al mar son las cosas que caracterizan este Hostal donde nos quedamos por el fin de semana. Sin duda un lugar con una vibra especial que recomiendo sin pensarlo dos veces.

 


El sábado disfrutamos la playa y el rico día que parecía de verano (y eso que seguimos en invierno!), y hasta nos metimos a surfear (o más bien a hacer el intento!).

El domingo algunos fueron nuevamente a meterse al mar, por lo que con Esteban aprovechamos para ir a dar un paseo a Cahuil, pequeño caserío de pescadores ubicado a 6 km de Punta de Lobos. Este lugar se caracteriza por la producción artesanal de sal de mar, que se cosecha durante los meses de enero, febrero y marzo. En ésta época las salinas se encontraban tapadas por agua, donde de todas maneras se ofrecen paseos en bote y kayak para apreciar los hermosos paisajes del lugar.

En las zonas de artesanías es muy común encontrar recipientes en greda de Pañul, frutas en conserva, mermelada, sacos de sal y sal con especias, donde no pude evitar comprarme unos lindos recipientes y algunas sales con merquén y finas hierbas, excelentes para aliñar carnes y pescados.

Luego de este lindo paseo dejamos el auto y fuimos a dar un paseo por la playa frente al Hostal, donde nos encontramos (de pura casualidad) con La Wafflería, un rico restaurante-café que ofrece riquísimos waffles dulces (en sus variedades bruselas y liege) y salados (bruselas saldo y papa ciboulette).

Íbamos a juntarnos a almorzar en un par de horas pero la tentación fue mayor y pedimos para compartir un waffle dulce bruselas con helado artesanal de naranja plátano y nutella, una deliciosa bomba de sabor! Lo acompañamos con unos ricos capuccinos y una increíble vista al mar.
Todo lo anterior por $10.880, un precio bastante razonable considerando el tamaño del plato!
 
Para mi sorpresa descubrí que hay una sucursal en Santiago, ubicada en Lo Beltrán 1909 (atrás del Lider Buenaventura) que habrá que ir a probar para ver si es tan buena como la de Pichilemu.

Nuestro paseo terminó, tal como empezó, comiendo unas deliciosas empanadas en El Quincho del Ross.

Un fin de semana riquísimo y muy bien aprovechado!

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